El padre de Tono da Silva, aquel crío tímido y débil que se llevaba las collejas de la escuela para casa, decidió que con siete años ya estaba en condiciones de aprender a defenderse y lo inscribió en las clases de Karate que se impartían en el Liceo Noia. Más tarde, sobre comienzos de los años 80, un retornado de la emigración holandesa llamado Domingo Muiños inauguraba el gimnasio de su mismo apellido, y hasta allí se trasladó el señor Da Silva llevándose consigo al pequeño Tono, y a su hermana, para que le acompañarán en el aprendizaje de la disciplina de Taekwondo.

Un infantil Tono da Silva (izda)  en una exhibición de Taekwondo con su vecino y amigo Dache.

Pronto aparecieron por el gimnasio de Muiños otros chicos de la villa como Antonio Blanco García y Moises Ruibal, a los que se unió más tarde Anton Horta Ameneiro. En las vitrinas del gimnasio  se fueron almacenando los títulos, laureles y trofeos cosechados por aquel grupo de mozalbetes dentro del Taekwondo infantil.

Con poco más de 13 años aquel grupo de amigos y compañeros se cambiaron a la disciplina de Full Contact y empezaron a entrenar y aprender con los mayores del gimnasio entre los que se encontraban Moises Hermo, Tono Ruibal y Fran Teira.

En esa época, más o menos, se produce el bautismo de fuego del joven Tono de Silva dentro de la competición, enfrentándose con un chico de Porriño que entrenaba José Pereira. Se fue a Portugal, con un carné en el que figuraba mayor edad de la que realmente tenía,  para enfrentarse con Alfonso Díaz en la división de los 54 kilos.

Antonio Horta Amenero, Moises Ruibal y Tono da Silva sosteniendo un cartel retrospectivo de la velada en la que intervinieron 20 años atrás. 

El paso del tiempo trajo consigo los grandes combates por los Campeonatos Ibéricos, la consecución del campeonato de España profesional. El viaje a Graz ( Austria ) para tomar parte en el campeonato mundial. El periplo competitivo por los cuatro puntos cardinales de España enfrentándose a grandes competidores de la talla de Novoa,  Manuel Miguez, Simón González, Juan Luis Escudero, Luis Pico y tantos otros grandes deportistas. Guarda grato recuerdo y conserva la amistad de la buena gente que encontró en este tiempo.

Las hojas del calendario se fueron arrancando y los años trocaron la etapa de competición en época de enseñanza, y aquel peso gallo de los inicios, que alcanzó el peso semi-pesado en su retirada, comenzó a compartir conocimientos y experiencias con los jóvenes aprendices del Body Line, donde empezaban a despuntar Luis Torrado y Escubi Viturro.

También ejerció pedagogía en el Sparta, en el que marco sus comienzos el Abuelo/Dieguez, y en el Dakentai de Negreira.

Tono da Silva vencedor de su combate contra el vasco Vilariño, es proclamado por el árbitro de la contienda.

Hace media docena de años, debido a la acumulación de trabajo mariscando en las mañanas, levantando placas y tabiques por las tardes, unido al trajín del fin de semana en el pub, y al poco orden que ponía en su vida, su corazón puso el freno de mano produciendo un trompo en su carrera vital del que, afortunadamente, se recuperó. El consejo médico fue el de: fuera excesos y deporte moderado. Y ahí estaban sus amigos Dache y Pintos, que habían fundado el Club ITF Noia, y le animaron a dar clases a los alumnos del club. Así retomó su afición a los deportes de contacto, pero en este caso solo como maestro. Cuando por motivos laborales no podía acudir a su cita con los aprendices liaba a su, más que amigo, hermano Kiyo para que instruyera a los chicos. Santi Kiyo había acudido a disputar el campeonato de España frente a Anton Horta, y ya se quedó a residir en Noia. De esa etapa guarda el cariñoso recuerdo de la colaboración de Toto Caamaño Anido y de Alfredo Blanco, así como la de Moises Hermo cuando no se encontraba de viaje por cuestiones de trabajo, e incluso la de su maestro Domingo Muiños.

Grupo de alumnos del Gimnasio Muiños de Noia, entre los que se encuentran Tono da Silva y Moises Hermo.

Con la proliferación del alumnado el local se fue achicando, por lo que su amigo Dache le aconsejó que montaran otro club. Moises Hermo quiso echar una mano y formar parte del proyecto y se fundó el Club de Lucha Noia del triunvirato Hermo/Da Silva /Kiyo. Este pujante club ya enfila su segundo año de creación y aunque  come mucho tiempo de la vida familiar de Tono da Silva este sabe que < mi esposa está teniendo mucha paciencia, ya que el club le roba mucho tiempo que debería pasar con ella pero, con regañinas, me comprende. Mi hija es lo que me mantiene con vida, con ganas, con ilusión. Nunca en mi vida pensé que se le pudiera querer tanto a un ser. Sin el apoyo familiar y sin mis compañeros no podría hacer nada. >

 Aunque  no puede obviar que tanto él mismo como Kiyo y Hortas fueron campeones de España en el campo profesional, así como que Moises Hermo  fue campeón europeo y mundial amateur y en el profesionalismo obtuvo el título de España, reconoce que no puede citar a todos los grandes compañeros y amigos que el deporte de Noia sumó a su vida, ya que serían tantos que faltaría tiempo y espacio para enumerar a todos. Hace mención especial del Club de Lucha Son, en el que estuvo dando clases que tuvo que finalizar por falta de tiempo y en el que un alumno aventajado como Victor Santos, decidió continuar con el proyecto y ahí sigue luchando par que continúe la actividad. Afirma que el Gimnasio Muiños marcó una época histórica en la comarca del Barbanza. 

Imagen retrospectiva del evento que inauguró el inicio de la actividad deportiva del Club de Lucha Noia. Moises Hermo da la bienvenida a los entrenadores de los clubes que intervinieron en el evento. Tono da Silva en el centro con brazos cruzados.