FRANCISCO AMOEDO MARTÍNEZ ( Vigo 1943 ) se ha convertido por derecho propio en el reconocido decano del boxeo gallego gracias a sus triunfos, a la historia que le rodea, y a sus años de sabia experiencia dentro del noble arte de las 16 cuerdas.
Leyenda viva del boxeo galaico: FRANCISCO AMOEDO MARTÍNEZ.
foto Saudade.
Hijo de una empleada en una fábrica de conservas de nombre Emilia Martinez y de un profesional de la hostelería oriundo de Soutomaior llamado José Amoedo, el joven Francisco se inició en la formación profesional de la vida ejerciendo, desde muy joven, de fontanero. Su evolución profesional le llevaría a ejercer más tarde como empleado de un ultramarinos durante cerca de un lustro, hasta ingresar en la plantilla de la factoría líder del mercado de la época en máquinas de coser, como era la fábrica Refrey, propiedad de la familia Freire de Bouzas, la cual constituía una saga de importantes empresarios del naval, la pesca y la metalúrgica. En esa empresa desarrolló todo el resto de su currículo profesional hasta el momento de la jubilación laboral.
Como todo joven de su época, escuchó la llamada del balón, haciendo sus pinitos futbolísticos en los equipos infantiles del Chao, Nieto y Chouzo. Pero paralelamente a sus andanzas futboleras y siendo todavía un mozalbete, empezó a frecuentar un taller mecánico donde el propietario enseñaba a varios jóvenes los entresijos del boxeo. Y, ahí, viendo como el mecánico daba clases de boxeo, se enganchó al deporte de los guantes. Aquel reparador de motocicletas llamado Suso Martínez, y apodado el Chato de Bouzas en el mundo del boxeo, fue el detonante que hizo explotar la afición pugilística del joven Amoedo.
Ni la distancia puede menguar la amistad que une desde sus comienzos a AMOEDO en Vigo, con MATILLA en Tenerife.
foto Matilla
Aparte de su pasión por los guantes y la pompa que rodea al mundo del boxeo, el fútbol forma parte indisoluble del devenir vital del profesor Amoedo. Una excelente trayectoria como entrenador del Piratas durante la primera decena del presente siglo forma parte de las vivencias futbolísticas del decano, así como también ocurre con la experiencia que le llevó a presidir el club Saudade de Fútbol Sala, en el que jugaron los excélticos Atilano y Patxi Salinas. A mayores, su querencia hacia el deporte del balón consiguió lograr que formase parte de una directiva del Real Club Celta de Vigo presidida por Eloy de Francisco, en la década de los noventa.
Y retomando su relación con el cuadrilátero, comentar que con apenas 16 años perdió su primer combate, pero perseveró en su carrera como boxeador, entre 1958 y 1968, hasta acreditar un buen registro de 13 – 3 – 1. Dos de sus derrotas le pusieron en contacto con el apellido de una saga de boxeadores coruñeses del que conserva recuerdos, aunque uno de ellos es tristemente trágico: < A un contrincante mío lo asesinó Eta > comentó Amoedo en una de las entrevistas que le hicieron a lo largo de su carrera.
ANÉCDOTAS CURIOSAS. En una velada por tierras orensanas, alguien ofició de árbitro sin serlo, otro boxeo sin camiseta en plan profesional y un peso gallo se exhibió contra todo un peso medio. AMOEDO, BARRAL y MATILLA, lucen el billete de mil pesetas que recibieron como bolsa. Creo recordar que transcurria el año 1968.
foto Fabio Matilla
Cuando su maestro Suso Martínez cerró su taller de motos y emigró a Tenerife: < Yo fui pasando de alumno a profesor, enseñando a los nuevos lo poco que sabía > confiesa modestamente en otro de los muchos reportajes que los medios de comunicación le continúan dedicando.
A principio de los años setenta del pasado siglo, Paco Amoedo contactó con su amigo Carlos Ledo para llevar a cabo entre ambos la fundación y puesta en marcha de un gimnasio mixto de boxeo y lucha grecorromana al que bautizaron como Polideportivo Saudade, basándose en el título de una canción del ferrolano Andrés do Barro, que estaba de moda entonces, y que se titulaba » Teño Saudade. «
El Polideportivo Saudade tuvo varias sedes, pero residió durante cerca de 37 años en la viguesa calle Urzaiz, y a partir del 2009, ya como gimnasio de boxeo, se trasladó a la calle Ceboleiro del barrio vigues de Lavadores.
En un homenaje al boxeo vigues promovido por el decano, el evento se trocó en sorpresivo reconocimiento al profesor AMOEDO. POZO, FERRADÁS, DOMÍNGUEZ, el presidente de la federación portuguesa EUGENIO PINHEIRO y el de la FGB MAUEL PLANAS, entre otros muchos, se unieron al homenaje. foto Saudade.
De esa factoría de campeones surgieron nombres ilustres del boxeo aficionado y profesional de Galicia. Durante años el boxeo en nuestra tierra fue sinónimo de Amoedo y Saudade, gracias a varias generaciones de campeones forjados al calor del Polideportivo Saudade. Muchas son las centurias de gladiadores que combatieron por los cuadriláteros del mundo bajo la enseña del decano vigues.
Si uno le preguntase a Francisco Amoedo quien fue el más notable de los boxeadores que haya pasado por su escuela, el maestro de Vigo contestaría lo mismo que siempre responde cada vez que se le inquiere al respecto: < Todos los que han conseguido sus títulos los han conseguido por méritos propios, luchando y peleando en el ring. >
Personalmente guarda muy buena relación y gran recuerdo de la inmensa mayoría de sus pupilos ( aunque me consta que recibió varias traiciones de gente que él previamente ayudó mucho ) pero estas son cuestiones que su discreción le impiden comentar.
Y también se a ciencia cierta, que guarda un recuerdo especial de Carlos Miguel desde el traslado del Saudade al barrio vigues de Lavadores.
Boxeadores de varias épocas rodean al profe AMOEDO. Entre otros CARLOS MIGUEL, POZO, AVELINO VAZQUEZ, ORIO , CRUZ, LOREA MURGOITIO, etcétera. foto Saudade
Pero siempre ético en sus declaraciones, habla de todos sus pupilos con el mismo afecto y respeto que el que le siguen profesando a él, en justa correspondencia, toda la legión de alumnos que pasaron por su academia deportiva, desde el más veterano de sus discípulos y gran amigo residente en Tenerife Fabio Matilla, hasta el más novato de los que acuden actualmente al Saudade.
Me sería imposible citar a todos los púgiles fabricados en la factoría Saudade, pero he considerado oportuno hacer una síntesis nominal sobre alguno de los más sobresalientes ídolos que se fundieron en la forja del maestro Amoedo; pero siguiendo mi recuerdo de ellos y de la recopilación de datos que he hecho sobre sus carreras, puesto que no he hablado, ni he preguntado absolutamente nada sobre ello a Francisco Amoedo, para evitar darle pistas sobre mi intención de componer esta sencilla semblanza, en homenaje a sus muchos años de dedicación al noble arte. Tampoco he hablado con su esposa Purificación Rodriguez, ni con sus hijos Cristina, Francisco y Gemma, afín de que no levantaran la liebre sobre este comentario de reconocimiento hacía la persona del amigo Amoedo.
GONZALO ZAMORA, pionero en la recopilación de medallas y entorchados para las vitrinas del Polideportivo Saudade.
foto archivo personal del exboxeador coruñés FERNANDO CASTRO REY.
Los nombres de Gonzalo Pérez » Zamorita « subcampeón de España aficionado ( padre de la actual vicepresidenta de la Federación Gallega Montse Pérez y uno de los púgiles pioneros en conseguir galardones para el Saudade ) y Fernando Bernardez campeón nacional profesional, me acercan a episodios boxísticos acaecidos durante la lejana década de los 70.
Los años 80 me traen a la memoria a Carlos Miguel 11 veces campeón de España, el cual disputó 3 veces el campeonato de Europa ante, nada más y nada menos que, Roberto Castañón, Poli Díaz y Carlos Hernández. También de esa época recordamos a Fernando Rodriguez cuatro veces campeón de España, y Alfredo Costas bicampeón nacional del welter.
Pedro Ferradás Couso, 2 veces campeón nacional, alcanzó, también, el Mundial Hispano del WBC en 9 ocasiones, optó en dos ocasiones al campeonato de Europa, y una vez al mundial de la WBO. Roberto Dominguez fué campeón de España, asimismo 8 veces monarca mundial Hispano y disputó en dos ocasiones el título europeo. Estas dos figuras forman parte de la generación de los 90.
FRANCISCO AMOEDO MARTÍNEZ observa desde la esquina roja la ovación del público a su pupilo, campeón de Europa, IVAN POZO.
foto Saudade.