Proclamación arbitral. Carlos García con los patrocinadores . Detalle parcial de asistentes.
Las instalaciones del Egeo Croos Boxing fueron testigos el pasado viernes de la descentralización del boxeo coruñés, generalmente asentado en el emblemático Frontón de Riazor o el Polideportivo del Barrio de las Flores.
Con un diseño logisticaménte perfecto, el centro de entrenamiento que dirige Carlos García Cal, asombró a más de medio millar de asistentes que acudieron por primera vez a la organización de un evento boxístico en el Polígono Comercial de Mayoristas Coruñeses, donde la actuación estelar constituyó la disputa del «Cinturón de Galicia Neoprofesional» del peso medio.
Fueron ellos, los aficionados, los grandes triunfadores por unanimidad en una gran noche de boxeo. Vencieron por su enorme afición propia; ganaron al apoyar a los competidores de sus respectivos clubes; supieron soportar con gallardía el receso ocasionado por la lesión de un competidor; y obtuvieron notoriedad con sus atronadores vítores y aplausos, sin excepciones, durante los muchos y buenos lances pugilísticos que se observaron en varios combates.
Además, ese medio millar de gargantas insuflaron ánimo, fe en el triunfo y energía al polivalente ídolo local C G C, para auparle en pos de una conquista del «Cinturón Gallego Neopro» que se antojó árdua y que sin aliento de su afición, quizá, no hubiera logrado frente al excelente oponente que resultó ser Samu Marfo del Club Deportivo Sagabox de Vigo.
Una vez que el director de combate proclamó su victoria por puntos, el otrora campeón de Europa Valery Yanchy le impuso a Carlos «La Sensación» García el Cinturón Rojo y Oro de Campeón, ante las emocionadas lágrimas de su esposa, y el delirio general.
El combate de semifondo, tambien encuadrado en la categoría neoprofesional a torso descubierto y vendaje duro, lo protagonizaron el potente boxeador del Club Boxing Sada Andrés Leira y el aguerrido púgil de la Escuela de Boxeo Atlántico Brabox 76 AdrianGarrido. Victoria por puntos para el discípulo de José Sanmiguel.
Dio comienzo el celebrado y aplaudido evento boxístico, con un combate amateur que protagonizaron dos jóvenes valores del boxeo gallego, encuadrados al límite de 74 kilos. Así, Iker Pombo del Brabox 76 ocupó el rincón rojo, y el debutante del Kick Narón Israel Díaz Polo el opuesto. Bonito y disputado combate entre dos noveles con buenas maneras, el cual se decidió por puntos a favor de Iker.
La velada continuó con el combate que reunió sobre la lona del «Egeo Croos Boxing» al púgil del Club Boxing Sada,Miguel, y al boxeador Alenta Fernández, discípulo de Borja Martínez en el EK Boxing. Victoria por puntos para la felina acometividad del competidor del EK Boxing.
El cruce de guantes que protagonizarán Aitordel Boxing Sada, y Álvaro Blanco del Gimnasio Equilátero, levantó grandes expectativas debido a la gran corpulencia y el previsible poder de pegada de ambos contendientes, lo que podría derivar en un final por la vía rápida. Aunque, el combate llegó al límite de los 3 asaltos con la justa victoria por puntos para Álvaro Blanco,pupilo de Amaro Jesús Núñez.
Dentro del límite del peso pluma (60 kg), cruzaron cuero Lucas Fernández de la Escola Cachorro y Davíd Castilla del Kick Narón. El combate fue corto, aunque intenso en su brevedad, el boxeador de Cambre salió en tromba y lanzó una serie de golpes, uno de los cuales, conectó con intensidad al rostro del naronés, lo que obligó al director de combate señor Vilas a aplicar la cuenta de protección reglamentaria. Sin tiempo para reaccionar por parte del novel Castilla, su oponente volvió a atacar con ímpetu y lograr otro impacto que supuso nueva cuenta de protección, y la decisión arbitral de poner fin al combate por RSC.
Pusieron fin a la intervención del elenco de boxeadores aficionados los púgiles Anxode la Escola Boxeo Cachorro y Borja Brao del Club Deportivo Sagabox de Vigo.
Fue un combate con comienzo prometedor, pero se truncó practicamente desde el primer minuto. En un cambio de golpes a la altura de una esquina neutral, el boxeadorAnxo cayó a lona con el peso de su cuerpo sobre el brazo, produciéndose una triple lesión de húmero y teniendo que ser derivado en ambulancia al hospital. Noble y deportiva actitud del pupilo de Rafa Gil, Borja Brao, a pesar de algún silbido aislado.
La velada tuvo que detenerse hasta el regreso del vehículo médico, al ser obligatoria su presencia durante el espectáculo deportivo. Fue la nota dramática de la noche.
Debe estar conectado para enviar un comentario.