IDOLOS DE AYER: GONZALO PÉREZ RODRÍGUEZ, ALIAS ZAMORA, PIONERO CONQUISTADOR DE LAURELES BOXÍSTICOS EN EL LEGENDARIO POLIDEPORTIVO SAUDADE DE VIGO

Gonzalo Pérez Rodríguez hizo célebre el seudónimo de «Zamora» a lo largo y ancho de los cuadriláteros gallegos de la década de los setenta del pasado siglo, logrando acaparar un brillante palmares con solo 5 derrotas y 3 nulos durante su periplo amateur cercano a las cuarenta contiendas, así como durante los casi dos años de su trayectoria profesional, en la que solo sufrió una derrota.

Reconocido profesional de la fontanería industrial viguesa, se constituyó en el abanderado pionero de la legión de conquistadores de laureles y títulos boxísticos que se forjaron en el crisol del legendario Polideportivo Saudade. Si la memoria no me falla, fue el primer discípulo del inmortal Francisco Amoedo Martínez en inaugurar las vitrinas de trofeos del club vigués, al conquistar la medalla de plata de unos Campeonatos de España de boxeo aficionado en los cuales perdió la final, por puntos, ante el almeriense Barrilado II.

Tras entrar a formar parte del Cuadro de Honor del boxeo aficionado español, inició una etapa sabática y decidió no pisar una lona durante unos cuantos meses.

Antes de ingresar a formar parte de la aristocracia boxística nacional, el estilista y explosivo boxeo del popular «Zamorita» ya había conseguido acumular un envidiado palmarés, tras haber logrado proclamarse Campeón Nacional de la Marina durante el cumplimiento obligatorio del servicio militar.

A mayores, obtuvo el pasaporte a la disputa de los nacionales al proclamarse campeón galaico astur del peso super-ligero en las eliminatorias correspondientes al año 1971.

Su bautismo boxístico se produjo con derrota ante el ferrolano Gallardo aunque, tiempo más tarde, se tomaría cumplida revancha al ganarle por abandono. El boxeador salmantino Ramajo fue noqueado por el boxeador del Saudade, tras este resultado se añadirían una serie de victorias antes del límite frente al ferrolano Blas, el vigués Sierra, los madrileños Martínez y Lázaro, o el asturiano Norvielle.

Siguieron triunfos por puntos ante el fino estilista residente en Coruña Javier Tojeiro, frente al orensano Prada y contra Heres, Crego, Romero, Mauro, Ruíz, Gómez, Kid Fígaro, Jaime, Teixeira y el tinerfeño González, entre otros más.

Su currículo boxístico también presenta 3 combates nulos, que entabló con los púgiles Segovia de Madrid, el levantino Tárrega, y el astur Jiménez.

Aparte de la derrota en su debut, y la que añadir frente a Echevarría, así como la ya mencionada final nacional ante Barrilado II, pierde por puntos con el madrileño Flores y sufre su única derrota antes del límite frente al castellano-leones Cholo, por abandono.

Surgió para el profesionalismo a mediados de los setenta, debutando con triunfo en el Palacio de Deportes coruñés, que se constituiría como su segundo hogar boxístico al albergar la disputa de casi la mitad de sus combates profesionales, algunos de ellos dirigidos por el arbitro herculino José Grandio.

Una decena de combates jalonaron la singladura profesional del boxeador olívico salpicada con los triunfos logrados ante boxeadores de Segunda y Tercera Serie nacionales, como los madrileños Antonio Vázquez y Pedro Coque, el burgalés José Javier, el tinerfeño Manuel Velázquez ( hermano del inmortal campeón de España, Europa y del mundo Miguel Velázquez ), así como Guemes, Olle, Rejón o el castellano-leonés Francisco Santaengracia.

Perdió su último, y único, combate por descalificación. Según dictaminó el director del combate, había sonado la campana cuando Pérez Rodríguez impactó su guante en la anatomía de Santaengracia, al que había vencido con anterioridad en el mismo Municipal de Vigo.

Desconozco si esta derrota marcó un punto de inflexión en su decisión de abandonar el boxeo, a mediados de los setenta, en plena juventud.

Zamorita en una retrospectiva imagen como boxeador aficionado.

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