SERIE RETROSPECTIVA / MERO BARRAL: DOS VIDAS TRUNCADAS

Con 15 años consiguió su primera victoria en el peso mosca, y después de un combate nulo, encadenó una serie de nueve victorias consiguiendo la clasificación inter-regional de la zona noroeste (Galicia, Asturias y León ) que le dio el pasaporte para su primer campeonato de España con apenas 17 años. La categoría de aficionado era única, no existían sub-categorías por edad.

Otras ocho victorias consecutivas y el logro del mismo título inter-regional, volvió a abrirle las puertas para el campeonato de España del siguiente año, en el que consiguió llamar la atención de los técnicos de la selección, que notificaron a la FGB su preselección en el peso pluma para Méjico 1968. Las preselecciones olímpicas de la época se hacían en base a los elegidos entre las 8 zonas boxísticas establecidas por la FEB, aunque al final, y dependiendo mucho del presupuesto disponible, el equipo olímpico no excedía de 4 competidores.

Una velada en la Rua de Petin, sin supervisar por la federación, en la que incluso ofició de árbitro sin ser poseedor de la preceptiva licencia, provocó una penalización que echó al traste la preselección y aceleró, por esta causa, su paso al profesionalismo camino de los 19 años, y con un bagaje amateur de 20 victorias, 2 derrotas y un nulo.

Chichi Pérez y Mero Barral el día de su boda. Porta las arras su sobrina María Barral

Una vez en el profesionalismo, en el que debutó con combate nulo con el dos veces campeón nacional de  aficionado Pérez Sanromán, y después de 5 victorias consecutivas ante José Carreño ( en 2 ocasiones ), De la Torre, Toni Fernández y el doble campeón nacional Rodolfo García, se alistó como voluntario en el ejército para evitar destino lejano como forzoso, y solo celebró un combate durante el cumplimiento del mismo, que se saldó con derrota frente a Toni Herrera.

Pasado el periodo militar retomó su carrera pugilística, consiguiendo enlazar siete victorias y un nulo, lo que promovió un enfrentamiento con  el aspirante al título europeo de los plumas y excampeón nacional  de los gallos Francisco Martínez Sancho. Durante el combate se le reprodujo un corte sufrido en su anterior enfrentamiento con Luis Segura, lo que motivó una derrota por ko técnico en el pabellón de deportes coruñés. Este percance, propició una etapa de reflexión sobre seguir o no combatiendo, durante la cual venció a Rosel, Francisco Moreno y Cristóbal Corchito. Al mismo tiempo se inició como industrial repostero, al pasar a regentar la confitería Los Ángeles en su barrio de nacimiento.

Como anécdotas, recordar que dos de sus combates, uno, en Padrón, con el que fuera durante su etapa amateur campeón de España de la Marina, Guillermo Barrientos; y otro, en Valdeorras, con el dos veces campeón nacional profesional Rodolfo García, marcan las últimas fechas en las que se celebraron veladas profesionales de boxeo en ambas localidades gallegas. Al final sus dígitos boxísticos profesionales fueron de 12 victorias, 2 derrotas y 2 nulos.

Fue con su esposa a disfrutar de un viaje de bodas que no habían podido celebrar durante el periodo militar. Encontrándose en una cafetería de la calle del Correo, en el centro de Madrid, la infamia en forma de vil atentado terrorista segó sus jóvenes vidas.

Contumaz practicante de la filosofía  pegar y que no te peguen y  poseedor de una gran esquiva y rápido juego de piernas que le permitía salir y entrar en la distancia sin dar tiempo de conectar a sus rivales, sabía además sacar provecho de su apoyo en las cuerdas para fintar y salir girando  dejando al rival contra las mismas.

Estas y otras cualidades hicieron posible el que pocos golpes impactaran nítidos en su anatomía y, por ende, no se le recuerde  marcas o huellas en su rostro durante los combates que disputó. Fue, además, destacado jugador de la liga de modestos coruñesa iniciándose en el club de su barrio el Torrepara fichar más tarde por el equipo del Santa Margarita.

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